º Corso, Alegría y Espuma
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Corso, Alegría y Espuma
Como en anteriores años, el gran desfile de carros, reinas y comparsas estuvo marcado por el caos. A diferencia de otras versiones no hubo baches, sino prolongados estancamientos. El mayor de todos lo provocaron los aproximadamente 400 integrantes de la agrupación Juventud Carnavalera, integrada por los Tremendazos, Ociosos, Orgullosos y Cotizados. Las rotondas y los espacios donde hasta hace poco había alguna contribuyeron al caos: en ellos se formaron grandes cuellos de botella donde era casi imposible caminar, mucho menos bailar.
La Reina del Carnaval, María René Antelo, y sus coronadores, Mamarrachos y Patrones, se retrasaron una hora, y demoraron casi dos en llegar hasta el final del trayecto, a los pies del Cristo Redentor.
Si bien no faltaron las quejas por todo lo escrito anteriormente, hubo gente del público al que el desfile le pareció un espectáculo sumamente entretenido. ¿Por qué? Por la guerra de espumas, la simpatía de las reinas y algunos carros llenos de colorido. Además, como dijo otro ‘miracorso’, “esto es un jolgorio que sólo tenemos una vez al año y nos hace olvidarlo bueno y lo malo las penas”.
Serenateros del Carnaval 2009
Los coronadores Mamarrachos y Patrones fueron encontrando el ritmo y terminaron siendo los protagonistas de una gran fiesta y aplaudidos por los espectadores.
Estaban vestidos de serenateros, galanes que cantaban a sus amadas. Las damas, con trajes alusivos a los instrumentos musicales de la banda, y los varones vestidos como cambitas serenateros, con un gran pentagrama y una guitarra a la espalda. Esta alegoría fue diseñada por Quito Velasco y confeccionada por Marlene Flambury y Miguel Escalante.
Sólo un grupo de los coronadores, los Mamarrachos, estuvo disfrazado anoche en el corso; los otros, Patrones, se presentaron con sus ya conocidas casacas.
Dirigidos por el coreógrafo Ronaldo Wellington, los coronadores hicieron sus coreografías, daban vueltas, aplaudían y vitoreaban a su comparsa, por lo que recibieron cálidos aplausos del numeroso público que estaba en el recorrido del corso.
Al final, los coronadores se lucieron en su gran noche en el corso cruceño.
Bellas en sus carros El lujo se mezcló con la sencillez en las alegorías
Una vez más las reinas de las distintas comparsas fueron el centro de atención del público que se dio cita al corso, el evento central del Carnaval cruceño, que este año regresó a su viejo recorrido del segundo anillo. Como ya es costumbre en las últimas versiones de la fiesta, las pocas comparsas tradicionales que se animan a salir con carro y reina (las demás han optado por ver de palco a los que ‘saltan’) se esfuerzan por presentar alegorías que atraigan a los espectadores, a pesar de que la crisis no permite ver un gran derroche en fantasías.
Estas agrupaciones, como Fandangos, Taitas Jr, Unión Carnavalera, La Pascana y Juventud Carnavalera precedieron a María René Antelo, que a las 22:50 pasó por el palco oficial y saludó al jurado. Seguidamente, el público pudo disfrutar de alegorías inspiradas en la cultura oriental, en los cisnes, en el Fuerte de Samaipata y en las diosas guerreras, en cuyos carros se lucieron soberanas como Katherine David, Fabiana Villarroel y Carolina Paz.
Así como hubo brillo y fastuosidad, tampoco faltaron la sencillez y la falta de originalidad en buena parte de las comparsas que quedaron al final.

La perla del Asia. Para muchos fue el mejor carro y el mejor traje de reina de los que se presentaron anoche. La soberana de los Taitas Jr, Katherine David, deslumbró con su fantasía Despertar del dragón, sobre una carroza inspirada en la cultura de Vietnam. El diseño estuvo a cargo de ex alumnos del Taller de Artes Visuales, de Tito Kuramotto.

Conquistó a muchos. La elegida por los chicos de Unión Carnavalera fue Jessenia Vaca, que lució una fantasía denominada Conquistadora del alba, en una carroza que botaba fuego.

Carismática reina. La magnífica Fabiana Villarroel fue una diosa guerrera que cautivó a los espectadores por la soltura que mostró sobre la colorida carroza que presentó la agrupación La Pascana.

Como en anteriores años, el gran desfile de carros, reinas y comparsas estuvo marcado por el caos. A diferencia de otras versiones no hubo baches, sino prolongados estancamientos. El mayor de todos lo provocaron los aproximadamente 400 integrantes de la agrupación Juventud Carnavalera, integrada por los Tremendazos, Ociosos, Orgullosos y Cotizados. Las rotondas y los espacios donde hasta hace poco había alguna contribuyeron al caos: en ellos se formaron grandes cuellos de botella donde era casi imposible caminar, mucho menos bailar.
La Reina del Carnaval, María René Antelo, y sus coronadores, Mamarrachos y Patrones, se retrasaron una hora, y demoraron casi dos en llegar hasta el final del trayecto, a los pies del Cristo Redentor.
Si bien no faltaron las quejas por todo lo escrito anteriormente, hubo gente del público al que el desfile le pareció un espectáculo sumamente entretenido. ¿Por qué? Por la guerra de espumas, la simpatía de las reinas y algunos carros llenos de colorido. Además, como dijo otro ‘miracorso’, “esto es un jolgorio que sólo tenemos una vez al año y nos hace olvidarlo bueno y lo malo las penas”.
Serenateros del Carnaval 2009
Estaban vestidos de serenateros, galanes que cantaban a sus amadas. Las damas, con trajes alusivos a los instrumentos musicales de la banda, y los varones vestidos como cambitas serenateros, con un gran pentagrama y una guitarra a la espalda. Esta alegoría fue diseñada por Quito Velasco y confeccionada por Marlene Flambury y Miguel Escalante.
Sólo un grupo de los coronadores, los Mamarrachos, estuvo disfrazado anoche en el corso; los otros, Patrones, se presentaron con sus ya conocidas casacas.
Dirigidos por el coreógrafo Ronaldo Wellington, los coronadores hicieron sus coreografías, daban vueltas, aplaudían y vitoreaban a su comparsa, por lo que recibieron cálidos aplausos del numeroso público que estaba en el recorrido del corso.
Al final, los coronadores se lucieron en su gran noche en el corso cruceño.
Bellas en sus carros El lujo se mezcló con la sencillez en las alegorías
Una vez más las reinas de las distintas comparsas fueron el centro de atención del público que se dio cita al corso, el evento central del Carnaval cruceño, que este año regresó a su viejo recorrido del segundo anillo. Como ya es costumbre en las últimas versiones de la fiesta, las pocas comparsas tradicionales que se animan a salir con carro y reina (las demás han optado por ver de palco a los que ‘saltan’) se esfuerzan por presentar alegorías que atraigan a los espectadores, a pesar de que la crisis no permite ver un gran derroche en fantasías.
Estas agrupaciones, como Fandangos, Taitas Jr, Unión Carnavalera, La Pascana y Juventud Carnavalera precedieron a María René Antelo, que a las 22:50 pasó por el palco oficial y saludó al jurado. Seguidamente, el público pudo disfrutar de alegorías inspiradas en la cultura oriental, en los cisnes, en el Fuerte de Samaipata y en las diosas guerreras, en cuyos carros se lucieron soberanas como Katherine David, Fabiana Villarroel y Carolina Paz.
Así como hubo brillo y fastuosidad, tampoco faltaron la sencillez y la falta de originalidad en buena parte de las comparsas que quedaron al final.
La perla del Asia. Para muchos fue el mejor carro y el mejor traje de reina de los que se presentaron anoche. La soberana de los Taitas Jr, Katherine David, deslumbró con su fantasía Despertar del dragón, sobre una carroza inspirada en la cultura de Vietnam. El diseño estuvo a cargo de ex alumnos del Taller de Artes Visuales, de Tito Kuramotto.
Conquistó a muchos. La elegida por los chicos de Unión Carnavalera fue Jessenia Vaca, que lució una fantasía denominada Conquistadora del alba, en una carroza que botaba fuego.

Carismática reina. La magnífica Fabiana Villarroel fue una diosa guerrera que cautivó a los espectadores por la soltura que mostró sobre la colorida carroza que presentó la agrupación La Pascana.